miércoles, 15 de diciembre de 2010

Limpieza

Y me preguntó:

- "Pero, ¿tu juegas a fútbol?"

Yo le dije lo siguiente:

- "No es que juegue a fútbol, sino que tengo la suerte de haber descubierto algo que no todos saben que tienen: un tercer riñón.
En el día a día se hace más esfuerzos intelectuales que físicos -aunque desgraciademente las modas cambian-, y del mismo modo que para purgarse físicamente existen dos riñones, para purgarse intelectualmente también existe uno.
Ese riñón es un filtro que, aunque en apariencia no contenga nada, se nota que se va llenando con el paso de los dias, incluso llegas a tener un peso, óbice de cualquier esfuerzo futuro. Pues bien, ese peso yo lo voy liberando día a día con un paseo -que además dicen que es bueno, y bueno para la memoria- y para vaciarlo del todo y "resetearme" completamente juego una vez a la semana a fútbol".

Asumió con resignación lo que le dije, sin aceptarlo pues me dijo:

- "Pero si no te gusta el deporte"

La respuesta era evidente:

- "No te he dicho que haga deporte".

domingo, 12 de diciembre de 2010

La letra pequeña desde Roma

Acepto. Esta es la palabra más cliqueada en la jerga informática y a la vez, a lo que remite, es a lo que menos caso se le hace.
"Pero mira si te están timando, podrías leerte las CONDICIONES DE USO". Las condiciones de uso, ese pobre texto olvidado por las personas que espera junto al manual de instrucciones de motos, coches... a que sean leídos.
"Mira también la LETRA PEQUEÑA" Aaaah la letra pequeña, en poco espacio todo el sentido que guarda como el preámbulo de cualquier libro o incluso de alguna constitución: en poco espacio (pocas páginas o líneas) contiene lo más importante o la base del resto.

Ciertamente reconozco que soy raro, soy raro (y ustedes lo afirmaran cuando lean) porque leo las CONDICIONES DE USO, ha habido casos en los que he cliqueado NO ACEPTO, me estudio los MANUALES de coches (por fortuna recientemente me tocó) y examino la LETRA PEQUEÑA.
Además, soy de esos que no soporta que el resto no lea nada de lo anterior, y mucho menos no haga ni caso de la LETRA PEQUEÑA. Y cada vez que me encuentro en alguna situación de estas me viene a la cabeza un libro de Dion Casio, Historia Romana, XVIII 1-3 en donde nuestro querido autor nos cuenta que "Las decisiones del senado fueron hechas publico de modo usual", sin embargo echa la culpa a Cayo (Calígula) de ser cruel por aprobar leyes de materia económica (impuestos) y transcribirlas en letra pequeña (lo más posible) en una tableta (el BOE de la época), y colocarla en un montículo lo suficientemente alto para que el pueblo no lo leyese y sin embargo leyese las proezas de su imperator.

Como cambian las cosas, lo que en la antigüedad el pueblo se esforzaba por leer, no aceptar, si no era del agrado, y protestar intensamente (en el mismo circo) ahora se da de lado y se acepta ignorantemente.
Me gustaría ver a un hombre de ahora aceptar ignorantemente que debe ir al anfiteatro pero no como público, sino como gladiador (y sobre todo si es senador).